Cómo elegir un buen coach

ahora que parece que salen coaches de debajo de las piedras

En un evento empresarial al que fui hace unas semanas, cuando finalizaron las ponencias, en el ratito de la comida estuve conociendo a algunas de las personas que estaban allí. Ya sabes el famoso “Networking.”

Ya te adelanto que casi no comí, me quedé con un hambreee…, pero bueno, mereció la pena.

Pero voy al grano que me lio. Dio la casualidad que con algunas de las personas con las que acabé hablando ese día, al preguntarles a qué se dedicaban resulta que eran ¡tachááááán!… coaches.

Y claro, empecé a pensar: ¡Ufff, es que hay coaches hasta debajo de las piedras!!!

Lo más “curioso”, es que  cuando empecé a preguntarles sobre su especialidad y sus sesiones, varios de ellos me dijeron: “No, si yo no hago preguntas en mis sesiones…”.

Yo flipaba.

Pensé: “¿Cómo es coach y no hace preguntas en sus sesiones?!”.

Al finalizar la conversación me decían: “no, si yo no soy coach ni hago coaching, yo hago otra cosa (como canalizar, etc) y cómo no sé explicar lo que hago, digo que soy coach y ya está”. ¡Wow!, ahí queda eso.

Por esto no me extraña que cuando te digo que yo soy coach, puedas pensar: «¡Otra coach más!» Si das una patada y salen montones.

O que incluso me preguntes (ya me ha pasado antes): “Oye, eso de ser coach está muy de moda ¿No?”

Créeme, te entiendo. Muchas veces pienso lo mismo. Pero, déjame aclararte algo: no todos los que se autodenominan coaches realmente hacen coaching.

El coaching se está utilizando en ocasiones como ese cajón de sastre donde guardas de todo, desde pilas viejas hasta instrucciones de un electrodoméstico que ya ni tienes.

He visto de todo: gente que canaliza, consultores que te dicen qué hacer (y qué no), diagnósticos psicológicos (spoiler: el coaching nunca trata trastornos) e incluso, algunos dicen «soy coach» porque no saben explicar bien lo que hacen.

Así que sí, entiendo tu posible escepticismo y lo difícil que puede ser elegir al coach adecuado.

Quizás nunca te han hecho coaching y aun así creas que eso no funciona, que no te gusta, o te da una pereza infinita.

Es posible que incluso hayas hecho una o varias sesiones de coaching y no te haya funcionado porque quizás no te han hecho coaching sino otra cosa.

Siendo importante la herramienta y sus beneficios, es igual o más importante el profesional que la va a utilizar.

Mira, te pongo un ejemplo de andar por casa. Es como ir a la peluquería, hay muchas peluquerías, pero eliges una porque quizá te gustan más los productos que utilizan, te ofrecen algún otro servicio adicional como pintarte las uñas mientras estás con el tinte y sobre todo porque te gusta cómo trabaja el pelo (corta, tiñe y peina) la profesional de esa peluquería.

Me atrevo a decir que la peluquera o estilista es un factor clave para que elijas una u otra.

Quizás estés pensando: “¡Vaya, no ha tenido en cuenta el precio de la peluquería!” Mira esto ni lo he nombrado, porque seguramente por muy barata que sea, si no te gusta la peluquera o los productos que utiliza, antes o después dejarás de ir.

Pues con el coaching pasa lo mismo. Es importante que conozcas los beneficios que puedes obtener trabajando con un coach y con sus programas pero es primordial que te sientas cómoda con el coach que elijas. Y eso se siente rápido, desde esa primera sesión de valoración, esa primera llamada o ese primer taller al que asistes con esa persona.

Pero entonces, ¿qué es realmente el coaching y cómo puede ayudarte?

Un buen proceso de coaching te empodera. Te devuelve el control de tu vida, te ayuda a conectar con lo que realmente quieres y sientes. Te da herramientas para decidir conscientemente hacia dónde quieres ir.

Beneficios del Coaching

  • Autoconocimiento: Conócete mejor para tomar decisiones más alineadas contigo.
  • Potenciar fortalezas: Descubre y utiliza tus puntos fuertes.
  • Minimizar debilidades: Trabaja en las áreas que necesitan mejora.
  • Identificar áreas de mejora: Encuentra dónde puedes crecer.
  • Desarrollo de habilidades: Mejora tus competencias.
  • Empoderamiento: Toma el control de tu vida.
  • Transformación de creencias: Cambia creencias limitantes por potenciadoras.

Ahora, has de tener en cuenta otra cosa muy importante que la pongo en otra línea para resaltarla y que se te grabe a fuego:

Por muy buen coach que tengas, si no estás comprometida, si no tienes la voluntad de cambiar y la motivación para hacerlo, el coaching no funcionará. Necesitas estar lista para el cambio.

¿Cuándo usar el Coaching?

  • Crisis personal o profesional: Cuando necesitas un cambio.
  • Estrés y ansiedad: Si tu salud está en juego.
  • Cambios importantes: Un ascenso, despido, maternidad, etc.
  • Retos personales o profesionales: Para superar dificultades.
  • Mejorar habilidades: Tanto personales como profesionales.
  • Poner límites: Si te cuesta decir «no».
  • Mejorar resultados: A nivel personal, profesional o empresarial.

Espero que esta información te haya ayudado a entender mejor qué es el coaching y cómo puede ser útil para ti.

Recuerda, el coaching es una herramienta poderosa para transformar tu vida y vivir en equilibrio.

Pero como te he contado durante este artículo, la herramienta es importante pero lo primordial para ti va a ser el compromiso que tengas contigo misma y  la CONFIANZA y  CONEXIÓN que tengas con el profesional que elijas para acompañarte.

Si tienes cualquier duda  o quieres saber más sobre el coaching, la PNL, mi programa VIraDa y otros servicios que ofrezco, ya sabes que aquí estoy para ayudarte:

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